Durante dos meses se podrá alegar a la asistencia tranfronteriza de la UE

Fecha Publicación: 
14 Noviembre 2011

Bruselas abre un periodo de consultas para que se mejore la dispensación de fármacos y la seguridad de los pacientes

Correo Farmacéutico | Noticia

La Comisión Europea lanzó la semana pasada una consulta pública, hasta el 8 de enero de 2012, para mejorar el reconocimiento de la prescripción, de manera que una receta extendida en otro país de la UE sea reconocida en el país de residencia del paciente y viceversa.

Se garantiza así el adecuado seguimiento, en el país de residencia, de la asistencia recibida en otro Estado miembro, un aspecto que recoge la directiva sobre sanidad transfronteriza, por la que el paciente tiene derecho a que se le dispense el medicamento prescrito siempre que esté autorizado para la venta y disponible en el país en que lo solicita.

En concreto, la Comisión quiere recibir aportaciones sobre medidas que permitan a los profesionales sanitarios verificar la autenticidad de la receta, para garantizar la identificación de los medicamentos recetados en un país y dispensados en otro, eventuales sustituciones e información a los pacientes.

 La directiva de asistencia transfronteriza, que lleva más de un año de tramitación, está directamente relacionada con el llamado turismo sanitario, que padecen algunas regiones españolas que atienden a ciudadanos europeos sin que los gastos ocasionados sean reembolsados con rapidez. La ambiguedad en el tratamiento de estos casos fue la razón por la que España vetó su aprobación en enero de 2010. Ahora, superados aquellos obstáculos, los países harán alegaciones para mejorar la atención farmacológica y la seguridad de los pacientes.

Una norma disputada

La directiva de asistencia transfronteriza, que lleva más de un año de tramitación, está directamente relacionada con el llamado turismo sanitario, que padecen algunas regiones españolas que atienden a ciudadanos europeos sin que los gastos ocasionados sean reembolsados con rapidez. La ambiguedad en el tratamiento de estos casos fue la razón por la que España vetó su aprobación en enero de 2010. Ahora, superados aquellos obstáculos, los países harán alegaciones para mejorar la atención farmacológica y la seguridad de los pacientes.

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