Informe al Consejo Europeo del Grupo de Reflexión sobre el futuro de la UE en 2030

PROYECTO EUROPA 2030. Retos y oportunidades. Informe al Consejo Europeo del Grupo de Reflexión sobre el futuro de la UE en 2030.

Carta de presentación del informe por parte de los del grupo de reflexión al Consejo Europeo

Los miembros del grupo de reflexión:

Felipe González Márquez, Presidente
Vaira Vīķe-Freiberga, Vicepresidenta
Jorma Ollila, Vicepresidente
Lykke Friis (hasta noviembre de 2009) Rem Koolhaas
Richard Lambert
Mario Monti
Rainer Münz
Kalypso Nicolaïdis
Nicole Notat
Wolfgang Schuster
Lech Wałęsa

LA UE ESTÁ ANTE UN DILEMA

  • Introducción
  • Hacer frente a las transformaciones drásticas del mundo
  • El dilema para la UE es claro: reformarse o decaer
  • ¿Por qué la Unión Europea?

RENOVACIÓN DEL MODELO SOCIAL Y ECONÓMICO EUROPEO

  • Introducción
  • La búsqueda del crecimiento y del empleo
  • La realización de las aspiraciones sociales de Europa mediante nuevas políticas sociales selectivas
  • Crear una situación en la que todos ganamos: un nuevo pacto por el mercado único
  • La gobernanza económica mejorada: en interés de la estabilidad y de la convergencia
  • El desafío de la sostenibilidad ambiental
  • Evitar los escollos de la estrategia de Lisboa

EL CRECIMIENTO MEDIANTE EL CONOCIMIENTO: CAPACITAR A LAS PERSONAS

  • Introducción
  • La búsqueda de la excelencia y de la pertinencia: mejorar la educación y las capacidades
  • Hacia un Espacio Europeo de la Investigación: elevar el nivel del gasto en I+D
  • Un marco reglamentario para liberar la innovación y la creatividad

EL DESAFÍO DE LA DEMOGRAFÍA: EL ENVEJECIMIENTO, LA MIGRACIÓN Y LA INTEGRACIÓN

  • Introducción
  • Las tendencias demográficas europeas se están afianzando
  • Aumentar la participación en el mercado de trabajo: condición sine qua non
  • Política de inmigración: hacia un planteamiento anticipatorio
  • Personas en movimiento: ejercer el control y la responsabilidad

SEGURIDAD ENERGÉTICA Y CAMBIO CLIMÁTICO: UNA NUEVA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

  • Introducción
  • Los beneficios sociales y comerciales de una nueva revolución industrial
  • Empezar por lo más fácil: revolucionar la eficiencia energética
  • La búsqueda de una generación de energía más sostenible
  • Reducir la dependencia energética exterior de la UE
  • Encabezar la lucha contra el cambio climático

SEGURIDAD INTERIOR Y EXTERIOR: EL ETERNO RETO

  • Introducción
  • Hacia un Modelo Europeo de Seguridad
  • Creación de una cultura de la cooperación: la seguridad como bien público transnacional
  • Seguridad exterior: superación de las limitaciones estructurales
  • Una visión europea de la defensa colectiva

EUROPA EN EL MUNDO: UN ACTOR RESUELTO

  • Introducción
  • Defensa de los intereses europeos en un orden mundial cambiante
  • Mejora de la "caja de herramientas" de la UE
  • La UE como centro de intercambio continental: aumentar al máximo la capacidad de atracción
  • Transformar las estrategias en acciones

LA UNIÓN Y SUS CIUDADANOS

  • Introducción

A lo largo de la historia de la integración europea, la relación entre la Unión y sus ciudadanos se ha caracterizado sobre todo por un "consenso pasivo". Sin embargo, en los últimos años, esta relación ha empezado a cambiar. Los europeos se han vuelto más exigentes para con la UE y también más críticos de su actuación, expresando dudas sobre la legitimidad del proyecto europeo. Esto se puso de manifiesto muy notoriamente con los referéndums negativos que se celebraron en Francia y los Países Bajos, y posteriormente, en Irlanda. Nuestras poblaciones sólo volverán a hacer suya públicamente la UE cuando confíen en que la Unión sirve mejor a sus valores e intereses. Reforzar este sentido de apropiación debe ser el motivo de toda nuestra acción colectiva.

  • Tomarse en serio el buen gobierno: compartir, explicar y cumplir

Hacer un "buen gobierno" es, con mucho, el medio más poderoso de que dispone la UE para asegurarse que no decaiga el compromiso y la implicación de sus ciudadanos. El buen gobierno, que se sustenta en los principios de apertura, participación, poder compartido, responsabilidad, asociación y eficacia, debe atenerse también al principio de "subsidiariedad": el concepto de que las decisiones deben tomarse en el nivel más eficaz y lo más próximamente posible al ciudadano.
La UE procura cumplir con estos principios mediante un sistema de "gobernanza multinivel", en que las competencias se comparten - en lugar de dividirse - en varios niveles de poder. En la práctica, la gobernanza multinivel es un sistema de redes convenidas, vinculantes y transversales que operan entre localidades, regiones, autoridades nacionales e instituciones de la UE, así como entre sindicatos y asociaciones empresariales y otras organizaciones no gubernamentales. Al trabajar por medio de estasredes, y dentro de sus propias comunidades y municipios, los ciudadanos europeos pueden intervenir en ámbitos de importancia para el futuro de la UE.
En un sistema de gobernanza multinivel, cada nivel de autoridad - el europeo, el nacional, el regional y el local - ejerce sus competencias con arreglo a su propia responsabilidad legal. Como tal, el sistema está concebido para crear las condiciones en las que los Estados miembros - sea cual sea su superficie, población o importancia económica - puedan crecer juntos, dentro del respeto de sus culturas nacionales, idiomas, religiones y características regionales y locales. Al mismo tiempo, el sistema respeta el derecho soberano de los Estados miembros a decidir las modalidades del reparto de poderes dentro de sus fronteras.
La existencia de múltiples puntos de entrada por medio de los cuales los ciudadanos pueden participar en el proceso legislativo confiere a la UE la legitimidad y la flexibilidad necesarias para hacer frente a los retos derivados de la mundialización en una sociedad digital, interdependiente, orientada hacia las redes y abierta. No obstante, la gobernanza multinivel no dará automáticamente al público una sensación de apropiación. Es un sistema complejo, que tiene que ser aprovechado, alimentado y, ante todo, comunicado al público. En consecuencia, es sumamente necesario dar más transparencia y precisión a la manera en que comunicamos la toma de decisiones políticas de la UE. La imagen de la UE que se transmite al público debe ser equilibrada, y reflejar tanto las virtudes como las carencias, en lugar de una explicación idealizada o excesivamente pesimista. En lugar de concentrarse en una política de comunicación que roza a veces la propaganda, sería preferible comunicar sobre las políticas, explicando claramente lo que está en juego y las distintas opciones existentes. No menos importante es que los Estados miembros deben asumir la responsabilidad de lo que hacen en Bruselas y de lo que hacen para llevar a la práctica las  decisiones de la UE.
Sin embargo, al fin y al cabo, el buen gobierno será juzgado por sus resultados. La UE ha aportado ya numerosos beneficios a la vida de sus ciudadanos - por ejemplo mediante el euro, la política de cohesión, la política agrícola común, Schengen - aun cuando el mérito de estas consecuciones no siempre se atribuye a la UE. Pero aún queda mucha labor por hacer. Las encuestas muestran siempre que el público pone grandes esperanzas en la UE en ámbitos políticos tan sensibles como la seguridad, el terrorismo, la energía y el cambio climático, así como la política exterior. La UE debe ponerse a la altura de este desafío desarrollando nuevos objetivos y una lógica más orientada a los resultados. En suma, debe evitar la retórica y explicar en lenguaje llano de qué modo mejora la vida de sus ciudadanos.

  • Utilizar las nuevas herramientas de Lisboa: la ciudadanía política en la práctica

 El buen gobierno y un mayor énfasis en los resultados son condiciones sine qua non para que los ciudadanos apoyen a la UE. Pero quizá no bastan por sí solos. A pesar de todos los logros pasados de la UE, existe una indiferencia, si no desencanto, inquietante ante el proyecto europeo. Ya no podemos hacer caso omiso de este desafío. Tenemos que renovar el pacto entre la UE y sus ciudadanos, haciendo uso de toda la variedad de instrumentos que ofrece el Tratado de Lisboa para consolidar el apoyo y la participación públicos.
El Tratado de Lisboa refuerza el concepto de "ciudadanía política", al instaurar la posibilidad  de iniciativa popular en materia legislativa y reforzar el papel de los parlamentos nacionales. El tiempo dirá en qué medida estas innovaciones contribuyen al nacimiento de un espacio público europeo, al crecimiento de la conciencia política europea y a reforzar la legitimidad de la Unión. Hoy en día, no existe un verdadero escenario político europeo, y la política seguirá siendo probablemente un esfuerzo esencialmente nacional. Pero para que la Unión adquiera más legitimidad, debe hacer todo lo posible por mejorar la ciudadanía política europea. Para ello, la UE debe:
• Desarrollar los derechos políticos. Las disposiciones actuales del Tratado de Lisboa deben mejorarse, en primer lugar, animando a los Estados miembros a otorgar el derecho de voto en las elecciones legislativas a los nacionales de los demás Estados miembros tras un determinado período de residencia y  contribución fiscal; en segundo lugar, "europeizando" las elecciones al Parlamento Europeo mediante la creación de listas internacionales, y por último, utilizando los parlamentos nacionales como cauce para que el público participe en los debates políticos europeos.
• Lograr que las elecciones sean más significativas para los ciudadanos. Las elecciones europeas, hasta ahora, no han atraído el interés de los ciudadanos. Para que esto cambie, los ciudadanos deben tener un conocimiento mayor de las políticas de la UE; ante todo, deben poder identificarse con los políticos europeos.  Para próximas elecciones al Parlamento Europeo, los partidos políticos de la UE deberán presentar unos programas auténticamente europeos y elegir candidatos al cargo de Presidente de la Comisión.
• Aumentar la publicidad y la transparencia. Esto es necesario tanto en relación con las decisiones de alto nivel, como el nombramiento del Presidente permanente del Consejo Europeo y del Alto Representante, como en el trabajo cotidiano de la UE. Hay abundantes modos de lograr esto, entre ellos el recurso más sistemático a los medios digitales (gobierno electrónico), la introducción de una dimensión europea en los medios de comunicación públicos y la prestación de incentivos para que los medios privados emitan programas sobre la UE.
• Hacer que la democracia europea sea más participativa. En el proceso legislativo, la sociedad civil debería ser consultada en todos los casos y de modo continuado. Para ello, la Comisión y el Consejo deberían consultar más sistemáticamente al Comité Económico y Social y al Comité de las Regiones.

  • Favorecer la apropiación y la identificación: planteamiento ascendente

Si se pretende que los ciudadanos hagan suyo íntegramente el proyecto europeo, la UE necesita una interpretación común de su historia, sus realidades cotidianas y su futuro. Los orígenes históricos de la UE, nacida de las cenizas de la segunda Guerra Mundial, son conocidos. Este conocimiento debe alimentarse y promoverse, no sólo para impedir el retorno a la brutalidad del pasado, sino también para  ofrecer una referencia al resto del mundo.
El Tratado de Lisboa facilita también un conjunto global de derechos y beneficios para que los ciudadanos los disfruten en su vida cotidiana. Esta dimensión "social" de la ciudadanía europea, que se basa en el principio de no discriminación, incluye, entre otros derechos, el de desplazarse, fijar su residencia y trabajar libremente dentro del territorio de los Estados miembros, así como el reconocimiento mutuo de los títulos.
Por desgracia, los reflejos  proteccionistas o corporativistas entre los Estados miembros aún impiden, a menudo, que los ciudadanos de la UE ejerzan dichos derechos. Para resolver este problema debe actuarse en cuatro frentes:
• Reforzar los servicios de información facilitados por las autoridades locales para elevar el conocimiento público de los derechos y beneficios asociados a la ciudadanía europea.
• Crear un instrumento administrativo específico que sirva de prueba de la ciudadanía europea, para que las personas lo usen de modo voluntario con el fin de acceder a los derechos de residencia, empleo y seguridad social.
• Facilitar a los ciudadanos la posibilidad de recurrir a un estatuto jurídico europeo (el 28.° régimen), que se aplicaría a las relaciones contractuales en determinados ámbitos del Derecho civil o mercantil junto con los 27 regímenes nacionales.
• Establecer un sistema para evaluar el impacto del Derecho de la UE sobre el terreno, aprovechando plenamente las competencias de la Comisión a este respecto, y desarrollar medidas que refuercen la aplicación y la ejecución del Derecho de la UE en el ámbito nacional. El Parlamento Europeo y los parlamentos nacionales deben desempeñar un papel dirigente en este proceso.
Si se aplican correctamente, estas medidas mejorarán la apreciación del Derecho y de las instituciones europeos por parte del público, pero por sí solas no crearán un "sentido de pertenencia" a la UE. Ésta sólo puede desarrollarse con el tiempo, en particular entre las generaciones más jóvenes de Europa.
La escuela puede desempeñar un papel fundamental a la hora de fomentar la identificación con Europa entre los niños, impartiendo enseñanza de las lenguas europeas, recurriendo a libros de texto sobre el patrimonio cultural de Europa y ofreciendo cursos de ciudadanía europea. Los programas de intercambio, basados en el ejemplo de gran éxito del programa ERASMUS para los estudiantes universitarios, deben hacerse extensivos también a los intercambios  escolares en la enseñanza primaria y secundaria. Un "servicio civil europeo", concebido y aplicado en coordinación con los Estados miembros, podría ofrecer también a la juventud una plataforma para contribuir a las misiones de interés general tanto dentro como fuera de la UE.
Tenemos unas identidades múltiples, que se componen de elementos locales, regionales y nacionales. No cabe duda de que estas formas primordiales de  identidad seguirán siendo los puntos de referencia principales para los ciudadanos aún durante mucho tiempo. Pero estos elementos deben ir aparejados con una identidad "europea" emergente basada en una idea compartida de la historia de la UE, de los beneficios prácticos derivados de la ciudadanía de la UE y de una visión común del futuro de Europa y de su lugar en el mundo. Sólo si se explican con detalle el programa y el propósito común de la UE en el siglo XXI podrán nuestros ciudadanos desarrollar un fortalecimiento del sentimiento de pertenencia al proyecto europeo.

TOMAR COMO BASE LOS PUNTOS FUERTES DE LA UE

  • Introducción
  • Un programa y una visión comunes para el futuro de Europa
  • ¡Es en interés de nuestros ciudadanos!

AGRADECIMIENTOS

 

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